Los lugares que habitamos especialmente donde pasamos mayor parte de nuestro tiempo como casa u oficinas se carga de la energía que proyectamos a través de nuestros pensamientos o sentimientos ocasionando una contaminación sutil que afectan nuestra salud física y psicoespiritual. Los dispersadores elaborados a partir de esencias minerales y plantas aromáticas ayudan a reducir o neutralizar la contaminación sutil energética de los espacios, generando un ambiente más relajante y otorgando una sensación de bienestar.
 
Se deben aplicar en la parte superior de cada esquina de la casa o lugar de trabajo en el siguiente orden:
1. Limpieza: elimina cargas tóxicas en el campo energético generada por agresiones psicodinámicas y por las emociones negativas.
2. Afectividad: limpia la carga tóxica generada por conflictos no resueltos en la esfera sentimental o afectiva.
3. Abundancia: amplifica el campo energético.
4. Protección: fortalece y ordena la maya energética del espacio que habitamos.